sábado, 14 de marzo de 2015

Durante las últimas clases realizamos un taller que, para mí, da mucho que pensar. El taller consistía en des-estereotipar una muñeca cualquiera, de las que venden a los niños y niñas cada día en las tiendas de juguetes.
Estas muñecas muestran un ideal de belleza basado en la “perfección”. Sí “perfección” porque ¿se puede llamar perfección a una imagen de todo menos normal que en proporciones reales se consideraría amorfa? Caras excesivamente maquilladas, sin ningún tipo de “marca” que pueda estropear su perfección(granos, pecas, arrugas…), con cuerpos muy delgados de medidas imposibles para un ser humano, vestidos de fiesta con muchos brillos, faldas cortas y camisetas ajustadas, y por supuesto TACONES.

Nuestra sociedad ayuda con creces a este canon de belleza aun sabiendo que no es real. ¿Quién no ha tenido una muñeca perfecta a la que querer parecerse? Es normal regalarle a las niñas muñecas de este tipo porque les encantan pero hay que tener cuidado porque les muestran un modelo de mujer que no existe, creando en el futuro problemas de salud en aquellas niñas que tratan de parecerse a sus muñecas pensando que así serán las más guapas y serán aceptadas por la sociedad. En las primeras fotos podemos ver como nuestra muñeca (una Bratz) tiene el maquillaje muy exagerado, con labios enormes que parecen operados, el pelo larguísimo y con peinados extravagantes, y eso por no mencionar la desproporción que hay entre la cabeza y el cuerpo. 




 Con ayuda de quita esmalte y bastoncillos le borré la cara para más adelante pintársela de nuevo de una manera más normal. Para pintarla usamos pinturas acrílicas, rotuladores permanentes, pinceles muy finos y mucha paciencia.
 En cuanto al pelo le corté esa larga melena y le hice una coleta alta. Por último le hice la misma ropa que yo llevaba el día que comenzamos con el taller (lo que ha hecho que se parezca bastante a mi) una camisa de cuadros, una camiseta básica y unos pantalones negros, y dado que este tipo de muñecas no tienen los pies hecho sino que se cambian directamente los zapatos, con una pasta de modelar similar al fimo le intenté hacer algo parecido a unas converse.





Este es el resultado final de la  transformación del cual estoy muy orgullosa, me gusta como ha quedado y es un estilo de  muñeca que realmente me gustaría ver en las tiendas porque me parece más natural y real.

Patricia Arranz

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