sábado, 21 de febrero de 2015

Involución evolucionada

Como cada sábado, me levanto por las mañanas y reflexiono acerca de lo que pueda escribir en este blog. Tengo por costumbre hacerlo los sábados por varios motivos.

- El primero, que es sábado. Tengo tiempo libre y en el resto de la semana no. No lo dejo para el último día de la semana porque es algo que me gusta hacer.
- El segundo, que reflexiono sobre la semana que he pasado y recuerdo los aspectos que más me han llamado la atención.
- El tercero y último, porque en mi casa los sábados hay silencio, y el resto de días no.

Esta semana ha sido difícil para mí ya que he estado con gastroenteritis aguda y se pasa bastante mal. Fui a clase y a trabajar el lunes y ayer viernes volví al trabajo, pero fui incapaz de asistir a clase porque no me encontraba bien. Todavía no estoy recuperada del todo y eso es algo que me choca bastante, por lo que he querido reflexionar sobre esto. 

Quiero empezar mencionando la teoría de Darwin de la selección natural, en la que se defiende que los organismos mejores preparados son los que están adaptándose y van a sobrevivir, mientras que los "peores" van a desaparecer. Esto quiere decir que los aspectos evolutivos que favorezcan la supervivencia van a transmitirse de unas generaciones a otras para favorecer la adaptación al ambiente o a las circunstancias del momento. 

Un claro ejemplo es lo que puede aguantar el cuerpo humano. Antes, las personas tenían una esperanza de vida muy baja, entre los 35 y los 40 años y morían por circunstancias "pequeñas" como una diarrea o una gripe. He de decir que son realmente influyentes los avances de la medicina y de la higiene, la alimentación y los cuidados personales. Aún así, también pienso que el cuerpo se está haciendo más fuerte a medida que pasan las décadas y que estamos evolucionando genéticamente.

Pero aunque nuestro esquema corporal se esté haciendo más fuerte, nos estamos haciendo más débiles. Ahora hay vacunas para todo y más medidas de protección, las familias están cada vez más obsesionadas con que sus hijos e hijas no estén enfermos y llegan a unos extremos realmente exagerados. Por ejemplo, el niño o la niña que nunca juega con la nieve por no ponerse malito. ¿Qué pasa por disfrutar de algo que solo podemos ver unos pocos meses del año? Es más, ¡puede ser que nunca ha visto nieve y este es el momento para experimentar con ella! 

Si continuamente nos estamos alejando de lo que "creemos" que es malo y perjudicial, el día que nos topemos con ello cara a cara va a ser peor. No vamos a saber cómo llevarlo y nuestros ánimos se caerán al suelo, algo que perjudicará nuestro estado de salud.

Volviendo a mi caso en particular... Cuando era pequeña me ponía enferma cada dos por tres, enseguida tenía anginas, otitis, descomposición... ¡Pero me ponía bien muy rápido! Y yo creo que es porque mi cuerpo ya había experimentado este tipo de sensaciones y sabe como hay que reaccionar. 
Pero en este caso ha sido diferente. Hace muchos años que no cogía gastroenteritis y esta ha sido de las grandes. Mucha fiebre, dolores muy fuertes y continuos "viajes" de ida y vuelta al baño. Lo peor no son esos síntomas, sino la debilidad que experimenta el cuerpo después. 

Me advirtió la doctora que me atendió de la deshidratación y del cansancio pero pensé "seguro que será muy poco y que enseguida estaré bien". Ahora cada vez que bebo suero (la fotografía de la derecha es el suero "de sabor naranja" que me tengo que beber) o me canso leyendo/escribiendo me acuerdo de ella. Después de estar cuatro días enteros sin salir de la habitación, solo para momentos específicos que no hace falta nombrar, decidí salir el viernes con una amiga a sacar a su perra. Bajamos una cuesta, entramos en un parque para perros y nos sentamos en un banco. Nos daba el solecito y estábamos muy bien. Pero a la hora de subir la cuesta, mi cuerpo me dijo "más despacio que no puedo más".

Era una cuesta que subo y bajo muchas veces y me estaba cansando como si fuese la primera vez. Y eso que no era gran cosa, ni estaba muy inclinada ni era larga. Era mi cuerpo, que estaba débil después de no moverse y de no incorporar alimentos sólidos para coger fuerzas. Es aquí cuando me di cuenta de que estamos sufriendo una involución de la evolución.

Creo que debemos cuidar nuestro cuerpo porque nos tiene que durar muchos años, pero no a niveles extremos. Tenemos que hacer frente a ciertas situaciones negativas para aprender de ellas y saber cómo actuar la próxima vez. No me refiero ni mucho menos a que cuando una persona esté enferma, nos tosa en la cara y nos peguemos 24h a ella para contagiarnos algo. Con esto quiero decir que no pasa nada por ponernos malos, que somos jóvenes y nuestro cuerpo tiene que vivir experiencias para tener una memoria de ellas y saber actuar en futuras ocasiones. 

No deberíamos recibir sobreprotección porque nos está haciendo involucionar. Ante una mala situación el mejor remedio es la positividad y el amor de los seres queridos, ya sean familiares, amigos, pareja o animales. 



Lorena Sánchez

1 comentario:

  1. Es interesante observar los mensajes que nos da nuestro cuerpo, para mi es un amigo y cuando algo me duele trato de escuchar lo que me quiere decir, es verdad que ahora la esperanza de vida ha aumentado, y es bueno fortalecernos y cuidar el cuerpo

    ResponderEliminar